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La Inteligencia Artificial Nos Convoca a una Nueva Era de Aprendizaje Permanente

  • Writer: Candela Sofia
    Candela Sofia
  • Jul 8
  • 4 min read

Estamos en un momento histórico donde todos debemos volver a estudiar. La inteligencia artificial no es solo una tecnología más: es una nueva alfabetización que define quién queda incluido o excluido en el mundo que viene. Como la electricidad transformó la civilización en el siglo XX, la IA está redefiniendo cada aspecto de nuestra existencia en el XXI.


La Nueva Materia Obligatoria


La inteligencia artificial ya es tan indispensable como saber matemáticas o idiomas, y lo será mucho más en el futuro inmediato. Todo el quehacer humano incorporará el uso de esta tecnología en el proceso de toma de decisiones, desde consultar la receta de un guiso hasta planificar una excursión para el fin de semana.

Estamos viviendo solo las etapas embrionarias de una transformación que abarca todas las dimensiones de nuestra experiencia. La IA se está convirtiendo en esa "biblioteca de Babel" imaginada por Borges, pero con una diferencia clave: podemos interactuar con ella en tiempo real, formular preguntas, buscar patrones y construir sentido.

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El Despertar del Aprendizaje Permanente


Según el Foro Económico Mundial, para 2025, la mitad de los empleados a nivel internacional van a necesitar un reciclaje de sus conocimientos y habilidades. Esta cifra no es solo una estadística: es el reflejo de una revolución que está ocurriendo ahora mismo.

Para 2030, el 44% de los trabajadores deberá adquirir nuevas habilidades para ser relevantes, lo que significa que el aprendizaje continuo dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad de supervivencia profesional.

El concepto de "lifelong learning" o aprendizaje permanente se ha vuelto fundamental. La actual revolución 5.0, basada en la inteligencia artificial, requiere volver a centrar la mirada en el aprendizaje a lo largo de la vida.


La Transformación del Aula


En muchas escuelas secundarias, los estudiantes ya usan IA para practicar idiomas, resolver ejercicios o corregir redacciones. Este cambio profundo desafía el modelo pedagógico tradicional: el conocimiento ya no pasa únicamente por el docente, y la delegación cognitiva se vuelve cada vez más común.

La Inteligencia Artificial proporciona el potencial necesario para abordar algunos de los desafíos mayores de la educación actual, innovar las prácticas de enseñanza y aprendizaje, según destaca la UNESCO.

La pregunta central es: ¿Cómo hacemos para que la IA potencie el aprendizaje sin reemplazar la capacidad de pensar? ¿Cómo evitamos que se convierta en un atajo para evitar el esfuerzo y no en un catalizador del pensamiento crítico?


El Método MIT: Reflexionar Primero


Estudios preliminares del MIT sobre la interacción hombre-máquina sugieren que el uso óptimo de la IA ocurre cuando el investigador reflexiona primero por cuenta propia para luego formular mejores preguntas a la máquina. La recomendación es clara: "Hazlo tú mismo primero y luego usa la herramienta; la herramienta puede potencialmente aumentar tu producción".

Esta aproximación evita la dependencia excesiva y mantiene activo el músculo del pensamiento crítico, fundamental para no caer en el automatismo cognitivo.


La Revolución del Upskilling y Reskilling


Mientras que el reskilling prepara a los empleados para nuevos roles, el upskilling refuerza la capacidad de innovación y resiliencia. Ambos procesos se han vuelto estratégicos para individuos y organizaciones.

El Foro Económico Mundial ha estimado que la Inteligencia Artificial reemplazará unos 85 millones de puestos de trabajo para 2025, pero también creará nuevas oportunidades para quienes sepan adaptarse.

El Upskilling y Reskilling se han convertido en procesos continuos, donde se busca anticipar las futuras necesidades de la empresa y del mercado.


El Nuevo Rol del Educador


El cambio también implica repensar el rol del educador. El acceso libre al conocimiento permite que el docente pueda reducir el esfuerzo dedicado a transmitir datos para enfocarlo en ser guía que acompaña, contextualiza, jerarquiza y estimula el pensamiento.

Pero este nuevo rol requiere una transformación interna: no se puede enseñar a aplicar la IA sin antes adoptarla. La capacitación docente en este tipo de herramientas debe ser una prioridad urgente.

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La Brecha Cognitiva


La brecha no es solo tecnológica, es cognitiva. Las personas que no accedan o no sepan usar IA quedarán en desventaja frente a quienes sí lo hagan. Si no actuamos pronto, nos enfrentaremos a una nueva forma de exclusión: el analfabetismo tecno-cultural.

La educación se identifica como un área crítica para aplicar la Inteligencia Artificial, con el potencial de mejorar el acceso y los resultados de aprendizaje.


El Imperativo de la Inclusión


Como advierte el documento Antiqua et Nova del Vaticano: "Los desarrollos tecnológicos que no llevan a una mejora de la calidad de vida de toda la humanidad, sino que, por el contrario, agravan las desigualdades y los conflictos, no podrán ser considerados un verdadero progreso".

Para evitar agravar desigualdades, se debe lograr que en el menor plazo posible la mayor cantidad de gente conozca y aprenda a utilizar la IA. Esta transición debe ser rápida e inclusiva.


El Momento de Actuar


Se prevé que para 2025, la inteligencia artificial se convierta en un pilar fundamental en las aulas, pero la realidad es que ya lo está siendo. No podemos esperar: el reloj ya avanza.

Enfrentamos una dinámica progresiva donde demorar nuestra adaptación solo producirá que el tamaño de la brecha se agrande en el futuro. Un enorme salto cualitativo nos convoca.


La Responsabilidad Colectiva


El debate convoca a tecnólogos, educadores, filósofos, juristas, políticos y líderes religiosos. Cuanto más cercano a la gente sea ese proceso, más efectiva será la transformación.

La inteligencia artificial, si se usa inteligentemente, ofrece la oportunidad de llegar a maestros, estudiantes y escuelas con herramientas efectivas para mejorar la experiencia educativa a gran escala.


Estamos frente a un desafío que requiere aplicar nuestra creatividad e iniciativa para lograr el mayor beneficio para nuestras comunidades. La IA no es solo una herramienta: es el idioma del futuro que debemos aprender todos. De nosotros depende que esta transformación sea una oportunidad de crecimiento colectivo y no una fuente de nuevas desigualdades.


El futuro ya llegó, y habla el idioma de la inteligencia artificial. Es hora de que todos aprendamos a conversarlo.

 
 
 

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